Las "limpiezas" del río
Cada vez que se produce una subida de caudal en los ríos de Zamora se suceden las peticiones para que las administraciones se ocupen de hacer «limpiezas» de los ríos. Englobando en esta acción todo tipo de extracción de la vegetación de ribera, desde los árboles a la vegetación acuática sumergida. Es un ejemplo de clara «dendrofobia» o miedo a las arboledas cerradas; y de eso en Sanabria saben mucho, y en otros muchos pueblos ribereños.
Cualquier intensidad de corta parece poco, nunca es suficiente. ¿Quieren hacernos creer que es necesario hacerlo todos los días, como barrer el pasillo de casa ?
NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD
El bosque de ribera debe acompañar en toda su complejidad al río para hacerlo funcionar en su plenitud, y cumplir con sus funciones ecosistémicas esenciales en la depuración y el mantenimiento de la calidad del agua.
Se muestra en la siguiente galería fotográfica cómo las orillas del Tera a su paso por Ribadelago Viejo son periódicamente arrasadas por la tala del bosque de ribera.
Otro lugar dónde habitualmente se realizan estos desbroces inútiles desde el punto de vista hidraúlico e impactantes desde el ecológico es la salida del lago, junto al puente de la freita. Donde el trenzado del cauce en varios canales, a partir de los restos de las obras de la antigua pesquera, hace del lugar uno de los puntos de máxima belleza paisajística y biológica de las orillas del lago.
Importancia excepcional de este tramo del río Tera que se demuestra en el reciente SEGUIMIENTO LIMNOLÓGICO BIANUAL INTENSIVO realizado PARA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL DUERO.
Las tareas de mantenimiento realmente efectivas deben centrarse en eliminar puntualmente grandes obstáculos en el entorno de los ojos de puentes especialmente vulnerables a su cegado. Siendo su reforma, o en su caso sustitución por una nueva infraestructura, adaptada a las nuevas y cambientes pautas hidrológicas actuales la solución más adecuada. Pero en ningún caso alterar la estructura de la vegetación de ribera durante largos tramos.
Estas deforestaciones de la ribera para lo único que sirven es para reducir la función ecológica como «filtro verde», aumentar la deforestación, calentar el agua y reducir su contenido en O2, aumentar el riesgo de proliferación algas filamentosas y reducir la condición de habitabilidad para la mayoría de la fauna más sensible y protegida. Estas condiciones alteradas indirectamente favorecen la colonización de nuevas zonas por especies exóticas invasoras que producen graves daños sobre el patrimonio natural, y en algunos casos costes económicos muy elevados.
Es necesario acabar con las mal llamadas «limpiezas» del cauce e integrar la ecología del río en los tramos urbanos.
Los desbroces periódicos y las cortas de los árboles de ribera son recurrentes cada pocos meses, debido a la vitalidad de rebrote que tienen.
No sirven para nada, excepto para reducir la funcionalidad del bosque ribereño (al romper su estructura y madurez) y dar un indeseable aspecto ajardinado y urbano a las orillas …
Los ríos tienen su propia naturaleza dinámica y buscan con cada riada un punto de estabilidad en el cauce y la madurez de las riberas, transportando el agua pero también acarreando sedimentos; la vegetación ribereña es clave para dar estabilidad de las orillas y taludes.
La perturbación permanente de las orillas con podas, dragados y obras estructura cambia localmente esta dinámica de estabilidad y propicia efectos negativos en otros lugares aguas abajo.