DECLIVE DE ANFIBIOS

DECLIVE DE ANFIBIOS EN SANABRIA

Los anfibios del lago de Sanabria

El estudio de la batracofauna de las orillas del lago de Sanabria durante el Seguimiento Bianual Intensivo consolida el conjunto de datos obtenidos en años anteriores por el equipo de herpetólogos de la USAL;  un registro iniciado hace más de 2 décadas.

LOS ANFIBIOS DIAGNOSTICAN CAMBIOS INTENSOS EN LAS ORILLAS DEL LAGO DE SANABRIA

El estudio detallado durante los años 2016 a 2018 de las comunidades de anfibios (básicamente ranas) presentes en las orillas del lago y el entorno más próximo del río Tera permite extraer conclusiones sobre la evolución de las mismas desde los años 90’s.

Los anfibios realizan su ciclo vital casi por completo dentro o en las proximidades de las masas de agua. A pesar de que hay especies que se alejan durante parte del año de las orillas, muchas dependen al 100% de las comunidades acuáticas y el litoral para su alimentación, tanto en la fase larvaria como adulta, y también para la reproducción.

En las orillas del lago de Sanabria están presentes 9 especies de anfibios, pero en realidad sólo dos especies habitan durante todo su ciclo vital en la masa de agua lacustre: la rana patilarga y la rana verde común. El resto lo visita temporalmente, sobre todo para la reproducción en primavera y verano. 

Rana iberica, la rana patilarga
Pelophylax perezi, la rana verde común

Los anfibios en el diagnóstico de calidad del agua

Los anfibios son muy sensibles a las características del agua y a los  niveles de conservación de las orillas, tanto por su modo de reproducción como por su dependencia para el refugio y la alimentación. En todos los casos las frezas de huevos, los embriones y las larvas dependen de la calidad del agua para su supervivencia. Incluso dependen de ella para respirar, por lo que necesitan niveles de oxígeno disuelto elevados.
Pero además en muchos grupos (como las ranas o los tritones) también los adultos poseen durante una (coincidiendo con el cortejo y la reproducción) o más épocas del año la condición de animales acuáticos que respiran oxígeno contenido en el agua, a través de su piel muy sensible al intercambio de gases.

De manera que son muy buenos indicadores del estado de los hábitats acuáticos, y por lo tanto elementos de calidad para detectar de forma temprana cambios ecológicos importantes.

Durante la búsqueda activa de adultos (por el día y la noche) y la captura mediante mangueo de larvas en las orillas se han obtenido principalmente datos sobre la presencia de Pelophylax perezi (el 70% de las citas) mientras que apenas se han encontrado adultos de Rana iberica, y ninguna larva ni puesta de esta especie dentro de la cubeta del lago.
Además, mientras que la primera ha sido encontrada
en casi todos los 19 subtramos en los que se dividió el área estudiada, la rana patilarga únicamente habita en 7 (dos son propiamente en el río Tera) de estos subtramos.
La rana verde habita también en otros humedales periféricos (charcas, turberas, etc.) del valle, e incluso en el borde de las zonas de playa.
 

Abundancia de citas de las tres principales especies de anfibio que habitan el lago, y el resto.

Rana iberica
17%
Pelophylax perezi
70%
Bufo spinosus
7%
Todos los demás anfibios
6%

Las dos ranas viven en el mismo ecosistema pero utilizan distintas condiciones ambientales y recursos selectivos en el caso de la patilarga. Mientras que Ribe busca aguas frías y sombreadas, con sustratos gruesos y con gran cantidad de refugios en la línea de costa; Pper los evita, mostrando preferencia por zonas someras y soleadas; y por lo tanto aguas más calientes y con mayor cobertura de macrófitas, sobre todo emergidas y flotantes.

En el caso de las ranas patilargas las puestas suelen ser de pocos huevos (100-400) y de menor tamaño, de manera que el éxito reproductivo está mucho más condicionado por la supervivencia de los embriones para conseguir una cierta tasa de reclutamiento en cada temporada reproductiva.

Las ranas verdes suelen poner frezas de hasta 10.000 huevos, en una o varias masas; de manera que su mayor fertilidad fructifica en una mayor fecundidad de subadultos recién postmetamórficos cada verano que forman nuevas cohortes. No se ha comprobado una segunda temporada reproductiva para las ranas verdes en el lago de Sanabria; pero sí la presencia de larvas hibernantes que completan la metamorfosis a principios de primavera.

Es una rana especializada en los ambientes fluviales de todo tipo con amplia cobertura vegetal en las riberas; también ocupa las orillas de lagunas glaciares, arroyos o turberas de montaña. Por lo general se encuentra en aguas frías y bien oxigenadas, a veces de corriente rápida. Es muy dependiente de la presencia del agua, aunque los juveniles son semiterrestres. Selecciona positivamente tramos escasamente perturbados por la actividad humana y su estado de conservación se ve impactado por la presencia frecuente de personas en sus hábitats.

Se trata de un endemismo ibérico protegido en la legislación ambiental y uno de los principales valores Natura2000 del lago, con distribución restringida a las zonas montañas del occidente peninsular.

Es una especie que se adapta con facilidad en distintos ambientes de tramos fluviales lentos, tanto en los perturbados por actividad humana como en los totalmente naturales. Presenta una cierta independencia del agua, con frecuentes movimientos de los juveniles y adultos por tierra. La encontramos desde las orillas tranquilas con vegetación sumergida a otros tramos lóticos con escasa corriente. También reside en medios lénticos semi o artificiales como lagunas, charcas, balsas agrícolas, marjales, acequias, zanjas y embalses.

Es una especie muy abundante en toda la P. Ibérica y actualmente en expansión por numerosos puntos de agua, tanto naturales como artificiales. Destaca la gran ocupación de los humedales de zonas de montaña, debido a su gran adaptabilidad ecológica y etológica, que ha desarrollado en las últimas décadas. 

Principales resultados. Evolución en 2 décadas.

Las ranas en la Península Ibérica se encuentran casi todo el año activas, incluidos los adultos. Salvo en las zonas de montaña por razones del frío ambiental (inaccesibilidad a los recursos o el agua por congelación), o en verano por razones de extrema sequedad del aire y el suelo.
Su dependencia principal respecto del agua se produce en la reproducción, cuando deben obligatoriamente acudir a frezar a las masas acuáticas si se han alejado de ellas.

Por lo general lo hacen en las orillas someras donde necesitan un periodo amplio de estabilidad mientras la fase larvaria (el “renacuajo”) progresa en su metamorfosis y se transforma en juveniles capaces de sobrevivir en el medio litoral semiacuático.

Los datos que se pueden obtener de cada especie en un momento del año dependen de su biología y de su comportamiento poiquilotermo. Los días y situaciones más secos y soleados por lo tanto benefician la actividad y ocupación de los microhábitats a las ranas verdes sobre las patilargas.

Los periodos de actividad de las ranas patilargas se mantienen a lo largo de dos décadas de estudio fundamentalmente desde el final del invierno a principio del verano. Mientras que la actividad de las ranas verdes parece haberse ampliado notablemente; tanto adelantado su inicio (finales de febrero) como retrasado su final (mediados de noviembre).

De manera que sólo en febrero las ranas patilargas disponen de hábitat en exclusividad en las orillas del lago, pero en este momento todavía no puede efectuar la mayoría de sus funciones biológicas (sobre todo la reproducción) por las limitaciones climáticas (frío, oleaje, hielo, etc.) en los microhábitats.
Durante el verano y otoño se invierte la tendencia y apenas es posible localizar esta especie, salvo en las parcelas de muestreo del río donde se capturaron larvas.

En conclusión, es posible en la actualidad encontrar un patrón diferenciado de actividad de ambas especies en el lago.
Mientras que para las patilargas parecen haberse restringido la posibilidad de estar activas (campeos, búsqueda de presas, reproducción, etc.), las verdes tienen muchas más posibilidades de actividad a lo largo de los meses. Siendo posible incluso detectarlas activas en febrero, algo que únicamente estaba permitido hace dos décadas para las patilargas, que en teoría tienen menos condicionantes etológicos y metabólicos en condiciones de frío ambiental y cielo cubierto de nubarrones.

ad Ribe en mano
Una rana patilarga en mano, manipulada con guantes para evitar infecciones
OCTUBRE 10%
SEPTIEMBRE 1%
AGOSTO 6%
JULIO 12%
JUNIO 30%
MAYO 25%
ABRIL 23%
MARZO 28%
FEBRERO 99%
ad Pper en mano
Una rana verde en mano, manipulada con guantes para evitar infecciones
OCTUBRE 90%
SEPTIEMBRE 99%
AGOSTO 94%
JULIO 88%
JUNIO 70%
MAYO 75%
ABRIL 77%
MARZO 72%
FEBRERO 1%

Se ha encontrado en 2016-18 que la rana verde (Pper) está presente en todo el entorno del lago de forma dominante, con un 84% de citas; mientras que únicamente el 16% lo fueron de rana patilarga (Ribe), y además se encontró únicamente en una parte del ecosistema.

Sólo se encontró un subtramo ocupado únicamente por Ribe en la orilla oeste, de un total de 19 en todo el litoral. Además únicamente en 3 tramos no se pudo certificar la presencia de Pper; y en 5 tramos las dos ranas se encontraron coexistiendo en sintopía estricta.

Durante los meses más fríos [menos radiación y temperatura, y más precipitación], se encontraron más individuos de Ribe que de Pper en los transectos por las orillas del río y el lago. De la misma forma, cuando se reduce la pluviosidad y disminuye la humedad [entrando en los meses de verano] se invierte esta relación con una elevada presencia de Pper y una patente regresión de la abundancia de Ribe. Coincidiendo además con importantes cambios en las orillas del lago: la presencia masiva de turismo y la formación de una pequeña banda árida.

Rana iberica en el entorno del lago de Sanabria se encuentra muy amenazada en general por las molestias directas causadas por la explotación recreativa de sus orillas.

Con la pérdida de hábitat litoral por destrucción [pisoteo] de las zonas de reproducción y de alimentación; y también por la pérdida de cobertura de sombreado en la vegetación de ribera [ tala, poda y desbroce de los alisos ] que induce mayor penetración del sol hasta el agua y el suelo. A lo que se une la pérdida habitual de la freza (embriones en primavera y larvas en verano) en las amplias zonas de baño y en los puntos de desembarco de las embarcaciones turísticas [ piraguas, pedalinas, etc.].

Se han localizado muy pocas larvas en el litoral en lugares muy propicios para ello. Y sin embargo en estos tramos sí aparecen con frecuencia las de Pelophylax perezi.

La mejor zona actual para Rana iberica en el lago coincide con la distribución novedosa de gambusias (Gambusia holbrooki), un pequeño pez americano invasor que compite con las larvas por los refugios y los recursos tróficos [Clic]. Además es conocido que las gambusias hacen abandonar sus territorios a muchos seres de su misma escala de tamaño corporal, a los que hostigan persiguiendo en grupo hasta sacarlos fuera de sus dominios.

Lo cual hace a estos pequeños peces especialmente peligrosos para las ranas patilargas, y también para las lamprehuelas y otros seres amenazadas de extinción que todavía podemos encontrar en la masa lacustre.

Relación entre la intensidad de las capturas de ranas de ambas especies con el nivel de desarbolado de las orillas y otras alteraciones antrópicas que reducen en buen estado de conservación de las especies.

 

 

Orillas
poco
modificadas

Orillas
con alteraciones
intensas

Orillas
profundamente
alteradas

R. iberica

Adultos 100%
Juveniles 100%
Adultos 1%
Juveniles 1%
Adultos 1%
Juveniles 1%

P. perezi

Adultos 69%
Juveniles 33%
Adultos 22%
Juveniles 56%
Adultos 9%
Juveniles 11%

Orillas
poco
modificadas

Orillas
con alteraciones
intensas

Adultos 60%
Juveniles 25%
Adultos 40%
Juveniles 75%
Adultos 35%
Juveniles 62%
Adultos 65%
Juveniles 38%

Conclusiones

  • Las comunidades de anfibios han cambiado significativamente en las últimas décadas en las orillas del lago. Por un lado es cada vez más escasa la presencia de la rana patilarga, y por otro más habitual la rana verde.
  • La mayor abundancia actual de ranas verdes, menos exigentes con la calidad del ecosistema, refleja que las condiciones en las orillas son más mediterráneas y continentales, y menos de montaña.
  • La rana patilarga apenas se reproduce en el lago y en su entorno, por lo tanto las condiciones ambientales que necesita (tanto en el agua como en la ribera) no tienen el adecuado nivel de conservación.
  • Existe una relación directa entre los cambios detectados y el uso intensivo de las orillas por el turismo; así como por los efectos del cambio climático (duración de la época cálida y nivel de insolación).

¿ SABES IDENTIFICAR LOS ANFIBIOS QUE VIVEN EN EL LAGO DE SANABRIA ?

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