Estudio monográfico de las lagunas de Sierra Segundera
Presentamos en esta entrada la publicación reciente de un trabajo de investigación que compila datos acopiados a lo largo de varios años hace más de una década. Datos sobre la geomorfología y las características limnológicas y bióticas del complejo lacustre glaciar de la Sierra Segundera (en el NO de Zamora) que reflejan su estado de conservación a finales del siglo XX.
A pesar de haber permanecido hasta hace décadas bajo la protección de su acceso remoto la proliferación de actividades en los últimos 80 años han puesto en jaque el valor de un patrimonio singular heredado de la era glaciar. Los sistemas de protección del territorio y el patrimonio ambiental a base de espacios naturales no han dado los frutos deseados.
La red hidrográfica de gran altitud formada por innumerables arroyos, riachuelos, charcas, charcos, pozas, turberas, trampales, lagunas y lagos, junto con los embalses, presentes en Sierra Segundera son la expresión máxima de las características prístinas de este tipo de ecosistemas acuáticos epicontinentales y sus hábitats con plena interacción geología-biología. Su fragilidad les hace merecedores de toda la atención y dedicación de recursos que la conservación de la naturaleza precisa para que puedan seguir prestándonos los servicios ecosistémicos que la sociedad humana necesita.
Se han catalogado 340 elementos acuáticos en una red de drenaje de 258 km sobre una superficie superior a 10.600 ha, en la cabecera del río Tera, y que drena un promedio anual de agua superior a 120 hm3. Se incluyen datos hidrográficos y batimétricos de las 19 lagunas y turberas naturales de mayor tamaño, situadas a una altitud superior a 1500 msnm. En ellas habitan singulares comunidades biológicas, micro y macroscópicas. Los inventarios oscilaron entre 61 y 461 taxones de flora y fauna, considerados en sentido amplio; siendo un mínimo de 67% productores primarios.
Se esbozan las presiones globales y locales en sus respectivas cuencas, que de alguna manera comprometen en el futuro su estado de conservación dentro de la red Natura2000, y se describen los posibles impactos pasados y actuales que les afectan negativamente.
A la velocidad a la que se está acelerando el declive de los hábitats de alta montaña y de las comunidades bióticas adaptadas a sus peculiaridades, los inventarios y la recopilación de datos antiguos se hace imprescindible para comprender el proceso y contribuir a realizar una gestión activa que minimice los impactos y presiones, dentro de una estrategia de reducción de adaptación.
Sabemos que el proceso no se podrá revertir a tiempo de forma completa para devolver las comunidades a las características que las hicieron proliferar favorablemente en las zonas serranas hace décadas o siglos. Si es aun posible revertir el daño en términos parciales, estamos ante el reto más importante del patrimonio natural de Zamora en las últimas décadas. No perdamos el tiempo. La Sierra Segundera necesita una protección estricta y la necesita ya.